"Dave Lizewski no era ni el bravucón ni el matado del salón. No era ni el payaso ni el genio del salón… era un aficionado a los cómics.
Un día, se puso un traje de superhéroe – y le patearon el trasero."
Dos grandes figuras del cómic se han unido para presentarnos una peculiar propuesta. Mark Millar (Civil War, Ultimates 1 y 2, Ultimate X-Men) y John Romita Jr. (The last Fantastic Four Story, WW Hulk, Eternals) son los co-creadores de “Kick-ass”, cómic publicado con el sello Icon pero que es impreso por Marvel Comics.
La dupla Millar/Romita ha creado un producto que los lectores han volteado a ver, ya que tiene una temática que, si bien ya se ha explotado en diferentes ocasiones, ha sido manejada de una forma innovadora, además de recurrir a un lenguaje adulto, violencia explícita y una narrativa de lo “cotidiano” con la que cualquiera se podría sentir identificado.
“Kick-ass” es la historia de Dave Lizewski, un estudiante del montón, sin aspiraciones ni actitudes diferentes a los del “puberto” promedio en desarrollo; huérfano de madre, vive con un padre quien aún sufre la muerte de su esposa.
Dave es lector de cómics y en algún punto se llegó a preguntar por que nadie había intentado alguna vez tratar de ser como los personajes de las historietas. Así es como Dave decide seguir sus “ideales”: el quiere una vida emocionante y al mismo tiempo hacer un poco de bien; según su forma de pensar, “no es necesario un trauma para utilizar máscara... no necesitas que a tus padres les disparen, ni rayos cósmicos, ni anillos de poder… tan solo se necesita la perfecta combinación de soledad y desesperación.”
Dave comienza a hacer salidas nocturnas con su disfraz, el cual resulta ser un traje para buzo que adquirió en e-bay, además de ejercitarse un poco y pensar en un buen nombre (cualquier héroe que se respete debe de tener un nombre clave), hasta que un día, tiene su primera oportunidad de “entrar en acción” cuando se topa con un trío de “grafiteros”.Dave no sale bien librado, ya que es golpeado por los tres delincuentes (no sin propinarles algunos buenos golpes) quienes lo rematan hiriéndolo con un cuchillo… por si fuera poco, nuestro protagonista es golpeado de lleno por un automóvil mientras intentaba escapar de la escena.
El segundo y más reciente número del título, narra el largo, costoso y doloroso proceso de recuperación de Dave; la narrativa de Millar hace pensar al lector que el joven “colgará el traje”, sobre todo después de quemar su colección de cómics; sin embargo, en un giro, Dave vuelve a las calles y no tarde en encontrar nuevamente oportunidad de entrar en acción al defender de un trío de bándalos a un individuo que está siendo golpeado en plena calle. En esta ocasión Dave corre con más suerte, ya que logra ahuyentarlos en el intercambio de golpes… ante la atónita mirada de un grupo de curiosos, quienes vitorean la victoria del enmascarado.
Esta es una lectura recomendable para quienes busquen algo que salga de lo convencional, sin embargo, puede no llegar a gustar a quienes le encuentran “pero” a todo, ya que el concepto es extremadamente fantasioso (bueno… que cómic no lo es); esta es una obra que definitivamente tiene que leerse para experimentar las sensaciones que Millar trata de mover en el lector, sobre todo en el segundo número, como ya lo había mencionado, que se enfoca en más de un 50% al proceso de recuperación del protagonista.
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