“Shadow of the Bat” fue un título que se comenzó a publicar en el año de 1992 y que se dejó de imprimir al llegar al número 96 en el año 2000. En la séptima edición del título, comenzó una mini-serie de tres números titulada “The misfits” (Los inadaptados), escrita por Alan Grant e ilustrada por Tim Sale.
“Los inadaptados” es un ejercicio interesante, en el que Grant trata de revindicar a un cuarteto de villanos de segunda.
La historia narra como Chancer, un villano enmascarado con mucha suerte, luego escapar de las manos de Batman y gracias a la intervención de Nimrod el Cazador, se cruza en el camino de Catman, quien lo invita a unírseles a él, Calendarman y a Killer Moth en el grupo que se autodenomina “The misfits”, quienes pretenden obtener jugosas tajadas al secuestrar a tres objetivos: al jefe de policía, al alcalde y al millonario Bruce Wayne.
El día del triple secuestro, Killer Moth y Chancer someten a Bruce Wayne, mientras que Catman y Calendarman burlan la seguridad alrededor del alcalde y el jefe de policía, en ambos casos, los villanos se valieron de tecnología sencilla, pero ingeniosa.
El grupo de villanos traslada a los secuestrados a una bodega en los muelles, en donde tras un intento fallido de escape, son encerrados dentro de un contenedor para transporte marítimo.
Tras enterarse del secuestro, Nimrod se siente culpable por haber permitido que Chancer escapara, trata de ponerse en contacto con Batman, siendo capturado en el proceso por Robin, quien para ese momento ya había descubierto que Nimrod era un prófugo buscado por asesinato; Nimrod revela entonces que fue inculpado erróneamente y que el verdadero asesino es Chancer y que para demostrar su inocencia, debía ser él quien capturara al criminal. Robin y Nimrod unen fuerzas para encontrar a los personajes secuestrados, al mismo tiempo que Killer Moth ha sumergido parcialmente el contenedor en donde éstos se encuentran atrapados, así, reciban el dinero del rescate o no, acabaría con la vida de los secuestrados.
La obra es un agasajo visual para quienes gustamos del peculiar estilo de Tim Sale, quien imprime una impactante fuerza narrativa al guión de Alan Grant, un guión que si bien es muy sencillo y sin giros inesperados, cumple la función de hacer que los villanos de luzcan, ya que de no ser por la moral de más de uno de ellos, se habrían salido con la suya, y sin saberlo, habrían acabado con la vida del Hombre Murciélago.
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